ANGEL FRANCISCO PARRA

El zuliano Angel Francisco Parra se convirtió en el tercer jinete venezolano en arribar a las 2.000 victorias en el hipismo criollo, luego de conseguir el triunfo sobre el ejemplar Fast Ball -entrenado de Miguel Contini-, para así entrar en la élite de los profesionales: Millard Faris Ziadie, Vittorio Catanese, Balsamino Moreira, Juan Vicente Tovar y Julio Enrique Ayala, los únicos en pasar esa barrera en la historia turfística del país.
Angel Francisco Parra Molero nació el 6 de diciembre de 1946 en El Saladillo, Maracaibo. Parra fue felicitado en el recinto de vencedores por sus colegas y rodeado por su esposa María de Los Angeles Rengifo (hermana del ex-jockey Hernán Rengifo), sus hijas Ghislaine, Samaris y su hijo Yves.
40 años de carrera
Empezó su carrera en 1960, a los 14 años, en el hipódromo de La Limpia, donde alcanzó su primer triunfo con la yegua Talanquera.
Un ser imperturbable, comparado al panameño Braulio Baeza, Parra llegó al óvalo de La Rinconada en el año 1965 y en su debut arribó décimo con la yegua Anunciada y el 15 de mayo consiguió el primer laurel sobre el tordillo Calfucó, pupilo de Domingo Noguera Mora.
Tras naufragar durante varios años y superar las improductivas campañas de Ciudad Bolívar, Paraguaná y Miami; en 1970, al ganarse la confianza de los entrenadores Manuel Azpúrua Sosa y Noguera Mora, consiguió establecerse como fusta de altos quilates. Parra ganó 26 carreras en 1969 y entró 5° definitivamente entre los diez mejores en 1970 con 51 triunfos, cuando fue descubierto como el nuevo as del foete.
Parra resultó uno de los primeros jinetes venezolanos en recibir un jugoso contrato para montar con exclusividad la caballada del stud Los Samanes, de Pepe Sahagun para la cuadra 8 de Domingo Noguera Mora, luego de ganar la estadística de 1971. Antes, recibió la responsabilidad total de la cuadra de Manuel Azpúrua Sosa, luego de una rodada del "Negro" Juan Eduardo Cruz, accidente que separó al chileno de la pista por largo tiempo.
Parra lo tenía todo (en sus años mozos), un físico conformado por poderosas muñecas, brazos que dominaban al purasangre como si fuese una pluma, un atleta total. Tímido en exceso, casi sin dejar traslucir sus emociones, a pesar del día de la victoria 1998 encima de All Power, cuando estalló en un llanto de felicidad.
Parra estriba a medias, ni largo ni corto, sin apilarse mucho al animal, pero se agacha en el instante preciso para decidir un triunfo. Virtudes como el talento y la disciplina en una carrera de 45 años, que lo ha llevado a ser conocido en nuestro medio como "El Diablo", debido a su tenacidad y garra. Se ha adjudicado un total de cinco casquillos de oro, justamente en los años 1971 con 106 lauros, 1972 con 115 éxitos, 1974 con 84 laureles, 1975 con 135 fotos y 1976 con 111 éxitos, además de 5 subcampeonatos; una cosecha que finalizó con la entrada del desaparecido astro Juan Vicente Tovar a la escena hípica.
Numerosos animales de calidad han desfilado bajo la silla de Parra, tales como: Straightway, Yves, Vaticinio, Gran Tiro, Arturo B., McKenna's Gold, Encantado, Piamen, Velvet Cap, Tocorón, La Rumba, Altivo, Negresco, Blondy, Arañazo y otros.
Exitos como los de Síndaco y Módena en las versiones del Gran Premio Nacional en 1987, cuando ganó 650 mil bolívares y el primer laurel en el debut del Hipódromo de Valencia sobre Tintoreto (25 de marzo de 1983) lo han catapultado hacia la historia del turf nacional. Parra conquistó 5 veces el Simon Bolívar: Straightway (1971), McKenna's Gold (1972), Vaticinio (1973), Gran Tiro (1975) y Arturo B.(1977).
Seguir en la faena
Angel Francisco Parra considera que:"Mi familia y Dios son lo más importante en mi vida, gracias a ellos estoy aquí. Lo más importante para mantenerse en este medio es la honradez, porque en este medio todo se sabe".
Parra procura estar en forma y para ello trota dos veces al día, con el fin de cuidar el peso que es el sacrificio más grande de cualquier jinete.
Angel Francisco Parra no piensa todavía en el retiro, a sus 54 años, porque se siente muy bien y considera que aún puede aportarle mucho al hipismo, mientras le sigan dando oportunidades para montar. |